3 sencillos consejos para evitar brotes de alergia en el vehículo
Una persona asmática debe cuidar que todo lo que le rodea sea los suficientemente aséptico, ¿sabes cómo evitar brotes de alergia en el vehículo? Te ofrecemos 3 consejos.
06/04/2017
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Ante el volante no tener distracciones es lo más importante, y queramos o no, algo tan común como los brotes de alergia primaverales (que afectan nada más y nada menos que a 14 millones de españoles, un 30% de la población) pueden suponer perder los reflejos momentáneamente mientras estornudamos o sufrimos el lagrimeo en los ojos. Por ello, sentirnos cómodos mientras conducimos también en épocas de alergia es fundamental, y tener el coche preparado para ello, también, ¿cómo? A continuación os ofrecemos consejos para evitar brotes de alergia en el coche.
3 consejos para evitar brotes de alergia en el vehículo
#1 Instala (o revisa) los filtros antipolen
Si eres alérgico, hay un componente cuyo nombre debes grabar en mayúsculas a la hora de visitar el taller mecánico más cercano: el filtro HEPA (High Efficiency Particle Arresting). Este componente se trata de un filtro de aire que absorbe y atrapa desde partículas de polvo hasta las de polen, dos de los agentes que mayores alergias producen.
Casi todos los vehículos lo tienen instalado de serie, pero si eres de los que sufre especialmente en esta estación del año, no escatimes en tu salud y pide a tu mecánico que se asegure de su eficacia (que cuente con los certificados de seguridad adecuados), que durante las tareas de mantenimiento del coche se fije si necesita recambio o limpieza (es recomendable hacerlo una vez al año) o que te instale un filtro de carbón activo, mucho más eficaz que los estándar.
#2 Conduce con las ventanillas subidas
Sabemos que en primavera y con los primeros rayos de sol, resulta muy apetecible sentir el aire fluyendo en el interior del vehículo, pero por desgracia para los asmáticos, este aire viene con sorpresas en forma de polen y partículas alérgenas.
Por ello, evita conducir con las ventanillas bajadas, así como hacerlo al amanecer y al atardecer (horas de mayor concentración de polen en el aire). Si no quieres que en consecuencia la cabina de tu vehículo se convierta en un hervidero, activa el dispositivo de recirculación de aire o la climatización siempre y cuando tenga los filtros bien limpios, ya que en ocasiones (sobre todo si hace tiempo que no usamos el aire acondicionado) es peor el remedio que la enfermedad e introducimos de esta forma polvo hacia el interior.
#3 Ojo con la limpieza
El peor enemigo de un alérgico es la acumulación de suciedad. Al tradicional polvo se le puede añadir otros restos de alérgenos en forma de partículas que vengan a través de la ropa o de otros objetos desde el exterior como comida, ácaros o, si tenemos animales de compañía, parásitos y polen que viajan a través de sus pelos.
Por ello, además de evitar viajar con mascotas (o mantenerlas bien limpias o, con la ventilación adecuada transportarlas en el maletero), es muy recomendable limpiar tapicería sobre todo con vapor a presión, ya que además de acabar con la suciedad, purifica el ambiente y extermina todo tipo de partículas.
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