Cambio de llantas del coche: ¿puedo elegir cualquier modelo?
Las llantas es uno de los elementos estéticos del coche más significativos. ¿Podemos cambiarlas por cualquier modelo?
30/08/2018
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Nuestro vehículo dice mucho de nosotros: elegimos marca, color, elegimos modelo y, aunque ya no esté tan de moda como hace apenas unos años, lo “tuneamos” cada vez que tenemos ocasión. No es para menos: es una de nuestras herramientas más prácticas del día a día y debemos sentirnos cómodos dentro de él y también cómo lo vemos desde fuera.
Dentro de la estética del coche, en ocasiones, vemos como las llantas que vienen de serie no terminan de agradarnos (de hecho es el accesorio más vendido) o que, en el peor de los casos, algún indeseable nos la ha quitado. En estos casos siempre podemos acudir a un cambio de llantas pero, ¿nos vale cualquier modelo?, ¿qué tenemos que tener en cuenta a la hora de elegir llantas del coche?
Consejos a la hora de realizar un cambio de llantas en el coche
- Funcionalidad ante todo
De acuerdo: lo cambiamos por un asunto estético pero, como todo elemento del coche, nunca debemos perder de vista la funcionalidad y por qué se usan, ya que podría suponernos perder practicidad y, ante todo, un coche debe resultarnos útil.
Por ello, a menos que caigamos enamorados de un modelo de llantas deportivas sin las que no podemos pasar por alto su compra, siempre debemos respetar el mismo diámetro de las llantas de serie. En caso contrario, consulta con tu mecánico cómo compensar el uso de un mayor diámetro a la hora de revisar tu coche en el taller.
- Piensa en el conjunto: la rueda
Precisamente por cuestiones de funcionalidad, no podemos tratar de forma aislada el cambio de la llanta. Si finalmente nos decantamos por una de mayor diámetro, este hecho afectará al neumático, por lo que tendremos que elegir el más adecuado a esta circunstancia.
¿Y qué tipo de neumático le va mejor a una llanta de amplio diámetro? Los de perfil bajo, es decir, más estrechos. ¿Y qué le ocurrirá a nuestro vehículo con este tipo de neumático? Habrá un mayor contacto de la banda de rodadura con el asfalto, lo cual nos permitirá tomar mucho mejor las curvas y mejorar la dinámica, pero al precio de sentir mucho más cada desnivel dentro del habitáculo y tener mayores probabilidades de sufrir un reventón frente a un bache o roce con el arcén.
- Ojo con su peso
En más de una ocasión pensamos que lo que es para nosotros un pequeño cambio, no tiene repercusiones en la conducción… Así, que una llanta pese más o menos no le damos importancia. ¡Error!
La llanta va incorporada a un elemento básico en el funcionamiento del coche: la rueda, y esta, cualquier añadido que tenga multiplica por cuatro su peso debido al efecto de la rotación.
Esto quiere decir que si cambiamos unas llantas ligeras (de chapa, por ejemplo) por unas más sofisticadas y pesadas como las de aluminio, no estaríamos incorporando únicamente 3 kilos (por ejemplo) de más al coche, sino nada más y nada menos que 48 kilos (12 kilos del efecto de la rotación a multiplicar por cuatro ruedas), algo que sin duda notaremos en la aerodinámica.
- ¿Conviene reparar o sustituir?
No siempre el cambio de llantas se debe a cuestiones de “tuneo”. En otras ocasiones un golpe indeseado o el simple uso puede desgastarlas o resquebrajarlas, algo que no solo afecta a nivel estético, sino también funcional (la llanta ayuda desde a la frenada o aceleración, hasta a la suspensión o incluso a repartir la temperatura que alcanza la rueda adecuadamente).
Por esta razón, en cuanto notemos que su eficacia no es la correcta o que está notablemente dañada, debemos considerar su reparación o sustitución.
Aunque la última palabra para estas cuestiones técnicas debemos dejarla en manos de nuestro mecánico, normalmente el criterio más imperante en estos casos es el económico: reparar una llanta de acero puede resultar más caro que comprar un nuevo juego. En cambio, una llanta de magnesio o fibra de carbono justifica que evitemos a toda costa tener que adquirir nuevas.
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