Claves a la hora de conducir con niebla
Conducir con niebla no solo necesita de unos buenos faros antiniebla. La destreza en la conducción y cómo hacerte visible son claves, por lo que te ofrecemos algunos consejos que te ayuden al respecto.
07/12/2016
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La niebla es un fenómeno atmosférico con el que nos toca convivir de sorpresa. Podemos vivir en una zona climática más propensa a que se produzca como lo son las zonas costeras o en las zonas cercanas a lagos y ríos y por tanto, estar más acostumbrados a ella, pero eso no quita que sepamos en todo momento cómo debemos actuar más allá de tener encendido los faros antiniebla, que ayudan y mucho pero no lo son todo en una conducción segura bajo los efectos de la niebla. ¿Qué consejos podemos recibir de nuestro mecánico profesional al respecto?
Aumentar la precaución al conducir con niebla
Estemos acostumbrados o no a este fenómeno meteorológico, nunca debemos olvidar que la carretera es un ecosistema donde conviven todo tipo de conductores. Por ello, aunque estemos plenamente preparados y sepamos actuar correctamente con niebla, debemos tener en cuenta que otros conductores no siempre se desenvuelven como debieran en situaciones de conducción adversa. Por ello, debemos ser prudentes y tener en cuenta ciertas medidas de conducción segura:
- Aumenta la distancia entre los vehículos: el espacio entre un vehículo y otro con niebla de por medio debe ser considerablemente mayor a la distancia de seguridad recomendada. Ten en cuenta para ello que el tiempo de frenada de emergencia es de unos tres segundos para calcular una distancia por encima de lo que tardarías en recorrer la calzada en ese corto plazo como mínimo.
- Reduce las prisas: no quieras salir cuanto antes del banco de niebla ni realices cambios de carril innecesarios.
- Mantén tus cinco sentidos al volante: conducir siempre requiere de una alta concentración, pero es en estos casos cuando más que nunca debemos mantener a raya cualquier tipo de distracción.
Usa las luces de forma adecuada
No solo con niebla, sino en cualquier tipo de circunstancia es tan importante ver lo que sucede en la carretera como hacernos ver. Por ello, en estos casos debemos extremar las medidas que permiten conocer en todo momento qué está ocurriendo sobre el asfalto, y para ello un uso adecuado de las luces del vehículo es primordial:
- Usa faros antiniebla: los faros antiniebla permiten la iluminación necesaria para no perder detalle de las marcas de la carretera, incidiendo su haz de luz directamente a la calzada. Algo imprescindible para no perder de vista carriles, cambios de rasante etc.
- Prueba la combinación más óptima de iluminación: ¿obtengo mejor visibilidad con las luces bajas encendidas o apagadas? Si no disponemos de faros antiniebla debemos tenerlas encendidas, pero si no es el caso, previamente debemos comprobar si nos aporta un extra de visibilidad o por el contrario reduce la efectividad de los faros. Respecto a las luces altas, en cuanto se reduzca mínimamente el banco de niebla nos pueden resultar más eficaces.
- No apagues nunca las luces de posición: ser vistos es igual de importante que ver a otros vehículos a la hora de evitar choques accidentados, además de ser la clave para poder mantener la distancia de seguridad entre todos los coches.
Prepara tu coche para conducir con niebla
Al igual tu zona geográfica te permite no tener el coche preparado para la nieve, pero al igual que ocurre con la lluvia, quien más y quien menos en alguna ocasión se tiene que ver preparado para conducir con niebla.
Por ello, como todo a lo que concierne tu vehículo, debemos tener los sistemas de seguridad y materiales preparados para todo tipo de conducción en cuanto a climatología adversa.
Insistimos: solo por tener las luces antiniebla instaladas no podemos asegurar una conducción óptima. Consulta tu taller mecánico de confianza más cercano qué sistemas de ayuda a la conducción resultan más útiles en estos casos, como podría ser un sistema de desempañado o el correcto calibrado del limpiaparabrisas para que sea capaz de retirar la humedad a una velocidad óptima.
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