¿Nueva compra o reparación en taller? Qué hacer ante varias averías
Cuando un coche rueda sus primeros kilómetros, el mantenimiento es indispensable pero, ¿qué ocurre cuando las averías se suceden?, ¿compensa la reparación en el taller?
08/05/2017
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Nuestro vehículo es una de nuestras posesiones más preciadas: a su valor económico, le sigue el práctico y el sentimental de ser un objeto que dice mucho de nosotros, lo cual se refleja en la forma en lo que lo cuidamos. Para ello, las constantes revisiones del coche en el taller nos puede ayudar a que jamás nos falle y se conserve como el primer día durante muchos años sin darnos problemas pero, ¿qué ocurre cuando los da?, ¿qué hacer ante una avería recién adquirido?, ¿y cuando se sucede una tras otra con muchos kilómetros de recorrido?
Qué hacer cuando el coche es recién comprado
Una avería siempre es un fastidio, pero quién más y quién menos sabe que tras medio millón de kilómetros marcados en el salpicadero, no es de extrañar que algún componente diga basta y pida a gritos su sustitución. Lo que no resulta ni previsible, ni mucho menos deseable es que el coche comience a fallar al poco de ser comprado. ¿Qué opciones tenemos en estos casos?
Reparación en el taller a cuenta del vendedor
La opción más común es que el vehículo se lleve a un taller de confianza cercano, se detecte el motivo de la avería y se arregle por completo, siempre a cuenta del vendedor si se ha suscrito una garantía (hecho que ocurre en el 100% de los concesionarios de venta de fábrica y en la gran mayoría de los de ocasión y segunda mano) y nos encontramos en el plazo dentro de ella.
Por mucho que nos resulte incómodo que un coche falle a la primera de cambio, si la reparación ha devuelto a su estado de funcionamiento totalmente correcto al vehículo, no podremos solicitar otra solución.
Sustitución por un vehículo nuevo
En el caso de que la reparación en el taller resulte más costosa a largo plazo, requiera algún tipo de mantenimiento extra o atención, o simplemente no pueda garantizar el estado totalmente reparado y que por tanto, se pueda garantizar que no vuelva a fallar, el concesionario donde se realizó la venta debe sustituir el vehículo dañado por otro del mismo modelo totalmente nuevo (o en el mismo estado de compra).
Este hecho sólo se da en el caso de la venta de coches de fábrica siempre y cuando no hayan pasado más de dos años, y la misma circunstancia queda marcada en los de ocasión o segunda mano solo si previamente se acordó esta medida como garantía previa.
Devolución o rebaja del precio del coche
En concesionarios oficiales, solo en el caso en el que no se puedan llevar a cabo ninguno de las dos opciones anteriores, se puede llegar a un acuerdo por el cual se devuelva la totalidad del precio pagado por el coche y se proceda a su devolución.
También en estos casos se puede llegar a recibir una sustancial rebaja del precio inicial que compense los posibles desperfectos o inconvenientes de las averías detectadas.
Qué hacer cuando el coche es antiguo
Cuando el coche es recién comprado no cabe duda alguna que debemos hacerlo pasar por el taller o negociar alguno de los supuestos antes mencionados pero, ¿qué pasa cuando nuestro coche ya está pasado de revoluciones?, ¿en qué momento interesa más una nueva adquisición que mandarlo varias veces al taller?
Reparación en el taller
Existen varios motivos por los que antes de “tirar la toalla”, debemos hacerlo pasar por el taller (evitar un cuantioso desembolso por un coche nuevo, porque no amortizaríamos la compra, por el valor sentimental…), pero siendo prácticos, un coche debe pasar por el taller pasados unos años siempre y cuando el coste de su mantenimiento y reparación, no supere el valor venal al momento de producirse alguna de ellas.
Esto quiere decir que mientras tenga valor venal (se pueda obtener un beneficio que rentabilice sus costes con su venta), podremos evitar el gran desembolso de una nueva compra llevándolo al taller y reparando las averías o piezas que necesiten ser recambiadas.
Nueva compra
La nueva compra puede responder justificadamente a dos necesidades: que hayan cambiado nuestros hábitos y nos venga mejor un coche nuevo (por ejemplo pasar de un utilitario a monovolumen si nos hemos convertido en familia numerosa, amortizando parte del cambio con el valor venal del coche antiguo) o si las cuentas no nos salen y a corto-medio plazo, vamos a gastar más en reparación que en una posible compra.
Para estos cálculos no debemos tener en cuenta únicamente la factura de la hipotética reparación que nos ha planteado el dilema, sino también las que puedan venir después, para lo cual podemos estimarlo teniendo en cuenta la vida útil de cada componente (cuándo toca contar con unos buenos amortiguadores de nuevo, cuándo el cambio de ruedas, etc.).
Para este último chequeo, lo mejor es contar con un taller mecánico profesional que te pueda revisar y estimar cuándo toca el reemplazo de algún componente y presupuestar los posibles costes.
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