Todo lo que debes saber sobre conducir con aquaplaning
Conducir con aquaplaning requiere de control, calma y los medios adecuados para que el coche no falle ni nos traicione ante la lluvia. Os contamos qué hacer en cada caso
27/03/2017
Compartir en redes sociales
La lluvia trae consigo un efecto casi inmediato para la conducción: el temido aquaplaning. Todo aquel que haya sufrido sus efectos sabrá lo desagradable que supone la sensación de perder el control sobre el vehículo. Por ello, conviene no solo saber qué hacer en el caso de que se produzca el aquaplaning, sino cómo evitarlo y como responder para conducir con lluvia de forma segura.
En qué consiste la conducción con aquaplaning
El aquaplaning aparece cuando el neumático gira a gran velocidad con presencia de lluvia y/o acumulación de agua en el asfalto. El rodaje sobre este terreno inestable produce que no toda el agua se pueda evacuar correctamente mediante los surcos del neumático y por tanto, quede por debajo de éste.
Al acumularse, la presión del agua aumenta y llega a levantar el coche sobre el asfalto llegando a alturas de medio milímetro o incluso más, perdiéndose el contacto con la carretera y con ello la posibilidad de controlar el vehículo.
Qué no debemos hacer al conducir con aquaplaning
Lo primero que debemos tener en cuenta en cuanto notemos los efectos del aquaplaning es que no debemos frenar ni girar el volante, ya que en el caso de que acudamos a la frenada como medida para recuperar el control de nuestro vehículo, al no existir fricción frenaremos con la rueda detenida, entrando en contacto con el asfalto de forma brusca en seco.
Por la misma razón que, si giramos el volante, al estar las ruedas en suspensión, no sabremos exactamente en qué posición se encuentran y cuando recupere la adherencia, puede que la dirección que hemos apuntado no sea la correcta y hagamos patinar aún más el vehículo.
Qué debemos hacer al conducir con aquaplaning
Una vez con las ideas claras y con la seguridad de que no debemos ni frenar ni cambiar de dirección con el volante, lo que debemos hacer es desacelerar: reducir la velocidad simplemente levantando el pie del pedal y manteniendo la dirección recta y continua del vehículo sin que el neumático apunte hacia otra dirección y tengamos que dar un volantazo.
Por otra parte, previamente deberemos aumentar la distancia entre coche y coche para poder desacelerar sin provocar la frenada, además de para que si perdemos el control, tengamos tiempo de reacción al estabilizar el vehículo.
Cómo evitar la conducción con aquaplaning
El principal motivo de la aparición del aquaplaning es un neumático desgastado. Los surcos del neumático son los causantes de la evacuación del agua, por lo que si no tienen la profundidad necesaria, el agua se acumulará en mayor cantidad y más rápidamente, elevando nuestro chasis y perdiendo adherencia y control.
¿Y cómo sé si mis neumáticos están desgastados? Lo mejor es ponerse en manos de mecánicos profesionales y que nos lo indiquen durante el mantenimiento del vehículo, pero podemos tener una primera impresión al respecto si al introducir una moneda de un euro, somos capaces de ver sobresaliendo el aro dorado.
El segundo, y no menos importante, motivo de aparición de aquaplaning es la velocidad: por encima de 50 km/h el riesgo de aquaplaning con 1,6 mm (el mínimo legal) es muy alto, por lo que las probabilidades de sufrir sus efectos aumentarán si contamos con mayor velocidad o con menos profundidad del dibujo.
Con estos datos sobre la mesa, la mejor manera de evitar el aquaplaning por tanto es cambiar los neumáticos si están desgastados y circular a velocidades por debajo del límite legal.
Ahora que acabamos de dar la bienvenida a la primavera, es un excelente consejo final llevar tu coche a revisión y que mecánicos profesionales a tu servicio te indiquen si tu vehículo se encuentra en perfecto estado para rodar en cualquier condición meteorológica. ¡No pierdas el control y que nada te frene!
Volver al listado