Cómo afecta a la conducción un vehículo sucio
Conducir un vehículo sucio tiene mayores implicaciones de las que te podrías imaginar. ¿Cómo afecta la suciedad al rendimiento de nuestro coche?
14/05/2019
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¿Alguna vez te has planteado las implicaciones que tiene conducir un vehículo sucio para tu seguridad? Un coche sucio no solo se ve afectado en apariencia, luciendo menos presumible que recién limpio, sino que también puede incidir en cómo de seguros conducimos. Es por ello por lo que la limpieza de carrocería e interiores no es solo cuestión de apariencia e higiene, siendo determinante para una conducción segura. ¿Cómo afecta a la conducción un vehículo sucio?
Factores que afectan a la conducción de un vehículo sucio
Básicamente son dos los factores que se ven implicados a la hora de conducir un vehículo sucio: la visibilidad, tanto de la carretera como la que indica la posición de nuestro coche, y la comodidad, sobre todo en el interior del habitáculo, donde una mala higienización puede suponer desde alergias, picores hasta frustración por no ser capaces de controlar cada aspecto de la carretera.
Implicaciones en la visibilidad del vehículo
Conducir con los cristales o lunas sucios reducen notablemente la visibilidad de la carretera, lo cual supone un peligro de primer orden. Por otra parte, la acumulación de restos de polvo, barro, marcas de lluvia, grasa, etc., fomentan la presencia de vaho, obligando a desempañar los cristales constantemente para recuperar un grado de visibilidad óptimo.
Debemos prestar también especial atención al estado de las escobillas del limpiaparabrisas y el sistema de limpieza, ya que, si no se encuentran en perfecto estado, pueden desde ensuciar aún más el cristal, hasta producir pequeñas rayaduras. Aunque estas causas no son motivo de no pasar la ITV, conviene la revisión anual de éstos elementos para evitar un posible cambio de lunas.
Los retrovisores son otros de los elementos externos que merecen nuestra atención a la hora de hablar de las implicaciones en la seguridad de la conducción de un coche sucio: sin una superficie limpia, la visibilidad de la parte trasera se pierde notablemente, sobre todo a la noche. Contar con toallitas húmedas o recursos desde la cabina que permitan su limpieza evita esta fuente de inseguridad a la hora de conducir.
Por otra parte, la suciedad externa no solo se hace notable en los cristales: los faros son otros de los focos de suciedad que, de no eliminarse adecuadamente, pueden perjudicar desde cómo vemos la carretera hasta cómo nos ven otros vehículos. Si notamos que el cristal de los faros se ha vuelto amarillento y/u opaco, la solución pasa por el pulido de faros o el recambio completo.
Implicaciones en la comodidad del vehículo
Todos los factores descritos hasta ahora tienen también su componente de “incomodar” al piloto a la hora de conducir. No contar con todos los factores en óptimo estado para poder fijar la atención en la carretera causa frustración, lo cual reduce el estado de alerta constante en el que debemos poner las manos al volante.
No obstante, también se ve implicada (y notablemente) la comodidad en un coche sucio si el conductor es alérgico: se deben cambiar los filtros antipolen y del aire acondicionado una vez al año, y tener especial cuidado con la limpieza de tapicería, alfombrillas y otros “imanes” de polvo y otras partículas. Piensa que por cada estornudo, perdemos 1,5 segundos de atención en la carretera, lo que supone avanzar en torno a los 30 metros totalmente a ciegas.
Consejos para la conducción de un vehículo limpio
La limpieza frecuente del vehículo (se recomienda al menos una vez al mes) es el remedio más obvio y eficaz pero, ¿podemos limpiar el coche de cualquier forma?
Lo ideal es que se realice la limpieza a mano y en un lugar habilitado para ello (cuidado con realizarlo en plena calle, multado con sanciones que pueden llegar a los 3000 euros por la contaminación que producen los productos químicos al contacto con el alcantarillado o las zonas verdes). Los muy socorridos túneles de lavado permiten un acabado exterior perfecto, pero los rodillos pueden dañar la chapa o elementos externos como alerones o antenas.
Respecto a cómo recuperar una visibilidad perfecta de lunas y cristales, debemos evitar la acumulación de restos de jabón y garantizar un secado adecuado para evitar marcas. Para ello se recomienda el uso de limpiacristales y un acabado secándolos con trozos de periódicos o papel para retirar la humedad.
En cuanto al interior del habitáculo, el vapor a presión es la mejor solución para tapicerías, ya que además de eliminar todo rastro de suciedad, purifica el ambiente para alérgicos. Para el resto de elementos como salpicaderos o puertas, el uso de aspiradores portátiles y productos no abrasivos es lo más recomendable para resultados óptimos.
Conducir un vehículo sucio no solo nos impide presumir de coche, sino que un descuido constante de su higiene tiene implicaciones notables a nuestra atención en la carretera e incluso salud. Incluye la limpieza en tu calendario de mantenimiento y revisiones particular.
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