Cómo saber cuándo debo llevar el coche al taller por el color del humo
Nuestro vehículo nos da señales que indican una urgente revisión: ¿cómo saber si tengo que llevar el coche al taller por el color del humo?
20/06/2017
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Nuestro coche tiene varias formas de comunicarnos que algo no va bien o que no funciona como debería: un traqueteo anormal, balanceo durante la conducción… No siempre hace falta que un testigo luminoso nos dé información en el cuadro sobre alguna avería, ya que ciertos indicios nos pueden ayudar a prevenir roturas y desgastes excesivos. Indicios que vienen en forma de periódicas revisiones en el taller o, por ejemplo, mediante el color y el olor del humo del tubo de escape.
Atendiendo al tono de las emisiones de nuestro vehículo, podemos alertarnos sobre elementos del coche que no están realizando su función correctamente. Azul, blanco, marrón, gris o negro son los colores que indican que algo no va como debiera. ¿Qué nos está diciendo nuestro vehículo a través del color del humo del tubo de escape?
5 colores de humo como indicativos de que debemos llevar el coche al taller
#1 Humo azul
Este color puede ser natural en ciclomotores que funcionan mediante la mezcla de gasolina con aceite, pero en el caso de los coches es todo un indicativo de una clara fuga de ese mismo aceite hacia la cámara de combustión, lo que ocasiona que el lubricante arda junto a la gasolina. A esta tonalidad le acompaña el característico olor del aceite quemado.
¿Y resulta una avería grave? Solo si el vehículo suma ya bastantes años y la fuga es mínima (que podemos controlar midiendo los niveles de aceite), podemos esperarnos a la revisión anual en nuestro taller previa a la ITV, pero si no es el caso, debemos ir a nuestro taller de confianza más cercano cuanto antes, ya que no sólo podemos perder todo el nivel de aceite con las consecuencias que ello conlleva a nuestro motor, sino que también puede ser síntoma de otras averías como las que afectan al sistema de soplado en los vehículos turbo.
#2 Humo blanco
Pese a la pureza de este color, es un indicativo de gravedad para nuestro vehículo según la densidad y el olor que desprenda. Si encontramos un humo aparentemente inodoro (o sin un olor plenamente reconocible como “desagradable” o “anormal”) y que se disipa rápidamente sin presentar demasiada densidad, simplemente estamos ante un caso de condensación del agua por haber estado a la intemperie en frío, sin que nos deba preocupar más el percance.
Caso contrario a que el humo blanco se presente de forma densa y con un olor característico, lo cual es indicio de que estamos quemando el líquido refrigerante del motor. Fuga producida por el deterioro de la junta de culata, alguna erosión en el bloque del motor o rotura en la cabeza de algún cilindro. En cualquiera de estos casos debemos acudir con urgencia al taller SPG más cercano, ya que podemos sobrecalentar el motor.
#3 Humo marrón
En principio, a pesar de lo alertante de tan característico color, no nos debe preocupar demasiado, ya que la causa más común de este peculiar color es la oxidación de gases, que no es causada por alguna anomalía.
Sí que nos debe preocupar en el caso de que venga acompañado de vibraciones y ruidos molestos, ya que es síntoma de que el color marrón es producido por la oxidación del propio tubo de escape y puede causarse su rotura.
#4 Humo gris
El humo gris es el que más desconcierto puede producirnos, ya que su aparición puede ser el anticipo del humo blanco o humo azul, o causa directa de estar quemando líquido destinado a la transmisión.
En este caso la respuesta más lógica pasa por pedir cita en el taller para que profesionales nos confirmen la causa, descarten averías y solucionen posibles desperfectos.
#5 Humo negro
La causa más común de un humo negro es el exceso de combustible en la mezcla, producido por fallos en sensores, inyectores u otros componentes de la admisión, filtros de aire excesivamente sucios, regulador de presión de combustible en mal estado de conservación u obstrucciones en el circuito de retorno de combustible.
Aunque en principio ninguna de estas causas nos debe alarmar, sí que hablamos de un mal funcionamiento que, además de poder desencadenar averías peores, tiene como causa directa un mayor consumo de combustible, por lo que no debemos alargar demasiado el tiempo para la próxima visita al taller mecánico.
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