Dónde es frecuente encontrar un radar de tráfico móvil
¿Podemos saber de forma legal dónde se encuentran los radares de tráfico móvil?, ¿cómo evitar multas por despistarnos en el límite de velocidad?
28/01/2019
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Por suerte, las campañas de tráfico para evitar accidentes en carretera nos tienen a los conductores cada vez más concienciados sobre buenas prácticas como no superar el límite de velocidad. Para ello, entre otras medidas, desde la Dirección de Tráfico se despliegan radares que controlen este fin. Radares anunciados por la propia página de la DGT y conocidos por la comunidad de conductores.
Estos radares no tienen la finalidad de “recaudar”, sino de evitar que en tramos donde un exceso de velocidad puede suponer un peligro para la conducción, nos “despistemos” a la hora de pisar el acelerador. Es por ello por lo que, además de los radares fijos, se despliegan otros tantos del tipo móviles.
Al situarse con esta finalidad concreta, no es complicado poder conocer de antemano en qué circunstancias nos podemos encontrar con uno de estos radares. ¿Dónde se encuentra de forma más frecuente un radar de tráfico móvil?
Tramos donde es más frecuente encontrarnos con un radar de tráfico móvil
A pesar de que incluso está prohibido compartir la ubicación de estos radares de tráfico móvil (no así los fijos, que se encuentran perfectamente indicados por la propia DGT), insistimos que no es un secreto poder conocer de antemano dónde se pueden encontrar con más frecuencia, ya que es información que incluso la propia Unión de Guardias Civiles comparte a modo de recomendaciones. Información que a continuación detallamos.
Autovías y autopistas
Obviamente son el objetivo principal de estas campañas, ya que son tramos que “invitan” a que en determinadas rectas o sin un tráfico denso, aligeremos la marcha.
Entre las “favoritas” para situar en ellas un radar de tipo móvil encontramos la A3, la A6 y la AP-7, normalmente situados a partir de los 10 kilómetros de las salidas de las grandes ciudades.
¿Por qué a 10 kilómetros? Porque es la distancia media en la que ya no encontramos embudos de entrada y salida, el tráfico es más fluido y comenzamos a confiarnos ante las grandes rectas que nos esperan.
Zonas de cambio de velocidad
En estos tramos no es que estemos relajados, es precisamente por el motivo contrario: debemos pasar de un estado más tranquilo como el que proporciona las grandes rectas de las autopistas, a un estado menos confiado, como el que debemos mantener en las entradas y salidas de las poblaciones, donde mantener una velocidad propia de autovía o autopista genera mucha peligrosidad.
También se produce el mismo efecto en vías secundarias que nos introducen en una población o nos incorporan a las autovías.
Puentes o quitamiedos
Para concienciarnos sobre aminorar la velocidad cuando toca, ya tenemos los radares fijos e incluso los letreros luminosos. La funcionalidad de los radares móviles el alertar sobre los peligros de una velocidad inadecuada a quienes frecuentan pisar el acelerador o se despistan en según que tramos.
Por ello, existen ciertos lugares predilectos para la Guardia Civil a la hora de cazar imprudentes. Es el caso de los puentes u ocultos tras los quitamiedos, frecuentes en vías como la A66, la A4 a la altura del aeropuerto de Sevilla (donde se conjugan todos los factores para situar un radar: entrada a una gran ciudad, incorporaciones y cambio de velocidad, etc.), la A3 a la altura de Requena o la AP-7 a la altura de Alicante.
Enlaces de autovías con diferentes limitaciones de velocidad
Precisamente para que el cambio de velocidad, pese a la vía, se lleve a cabo como toca, es frecuente que los radares móviles se sitúen en intercambios de autovías donde las limitaciones de velocidad son distintas.
Es el caso, por ejemplo, del enlace de la A6 con la AP9, en La Coruña, donde se debe reducir de 120 a 80 kilómetros/hora.
Tramos de autovía con velocidad reducida
En la misma línea que el caso anterior, es probable que un radar móvil se sitúe en tramos en los que, a pesar de situarnos en la misma autovía, debemos reducir la velocidad.
Es el caso de las salidas de los túneles, sobre todo aquellos que concentran más tráfico como es el caso de los túneles de Piedrafita en la A6, los túneles de Ribadesella en la A8, o los túneles de Vallvidrera en la C-16, a la altura de Barcelona.
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