Cómo leer la etiqueta del aceite para motor
Entender las indicaciones de la etiqueta del aceite para motor es fundamental para asegurarnos un rendimiento óptimo y evitar averías. ¿Cómo leerla?
20/05/2019
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Cada coche es único: hay diferentes factores que convierten a cada vehículo en excepcional, ya sea el tipo de conducción que realice su dueño, el tipo de transmisión que use entre otras diferenciaciones referentes a las piezas o, incluso, entre un mismo modelo y unos mismos hábitos, dónde se conduzca.
Así, algo tan aparentemente “sencillo” como cambiar el aceite para motor (algo recomendable hacer cada 10.000-20.000 km) no resulta igual según lo hagamos en una región cálida que fría entre otros factores. Así, no es lo mismo acudir a los talleres para cambio de aceite en Málaga que hacerlo en los talleres para cambio de filtro y aceite en Zamora.
La razón es que cada aceite, según su composición, presenta diferentes viscosidades para que según se tenga que enfrentar al altas o bajas temperaturas, no pierda sus cualidades debido a la dilatación o solidificación del fluido al exponerse a diferentes temperaturas. ¿Cómo podemos identificar ésta y otras informaciones relevantes al aceite de motor en su etiqueta?
En qué fijarnos al leer la etiqueta del aceite para motor
Según nos fijemos en la etiqueta delantera o trasera, podremos de un vistazo saber si el aceite para motor es el adecuado para nuestro vehículo y para la región por la que solemos conducir. En la etiqueta delantera y a gran tamaño, además de la marca, encontramos los valores que indican el intervalo de temperaturas capaz de soportar (código SAE, que detallaremos más adelante cómo interpretarlo correctamente), así como la tipología del aceite (mineral o sintético).
En la etiqueta trasera encontraremos las homologaciones, sellos y certificaciones, recomendaciones de uso e información adicional que se debe contrastar con lo indicado por el manual del fabricante de nuestro vehículo.
Código SAE
El código SAE es una referencia diseñada por la Sociedad de Ingenieros de Automoción (de ahí sus siglas), encargados de establecer los estándares en cuanto a piezas y mantenimiento de los vehículos a nivel mundial.
Para la norma referente a los aceites para motor, SAE creó su estándar J 300, que basa sus criterios en la viscosidad de cada producto. La viscosidad indica la capacidad de fluir del lubricante, siendo más viscosa a bajas temperaturas que a altas temperaturas, cuando la dilatación por efectos del calor la reduce.
Este código indica una temperatura para los aceites monogrados (en torno a la que debemos circular, indicado para vehículos que se encuentren en regiones de poca variedad climática) o dos temperaturas para los multigrados: la mínima y la máxima soportada por el aceite para mantener su nivel de viscosidad óptimo (indicado para regiones con grandes cambios estacionales). La mínima corresponde al estado del motor “en frío” (sin estar en funcionamiento, nada más arrancar el coche) y la máxima “en caliente”, tras haber estado trabajando a máximo rendimiento.
Los monogrados no tienen mayor complicación: si acudimos a talleres para cambio de aceite en Las Palmas, debido a su clima de temperaturas suaves durante prácticamente todo el año, no habrá problemas porque nos suministren un monogrado de calidad. Sin embargo, en climas mesetarios, como podría ser el cambio de aceite en talleres de Toledo, la elevada diferencia térmica entre las máximas y las mínimas según sea verano o invierno, hace de los aceites multigrados la mejor opción.
Cómo interpretar el código SAE de aceites multigrado
Los aceites multigrado cuentan con un código SAE de 4 o 5 dígitos, conformados por dos números separados por la letra W (de Winter, primer indicativo de ser aptos para bajas temperaturas).
Así, de forma destacada en la etiqueta delantera del aceite nos encontraremos con un código SAE con la siguiente apariencia: “**W**”. El primer número indica la temperatura mínima soportada y el segundo la máxima. Si nuestra región es cálida, con temperaturas anuales medias en torno a los 15 – 20 grados, un aceite indicado podría ser con código SAE 10W40. A partir de aquí, serviría cualquier aceite que aumente el intervalo (la diferencia entre temperatura máxima y mínima soportada) como aquellos etiquetados como 5W40, 10W50 o 5W50, pero no sería conveniente reducirlo a un 15W40 por ejemplo, ya que dejaría poco margen para las temperaturas invernales.
El “Donut API”
Además del índice SAE, podemos encontrarnos un segundo indicativo (normalmente en la etiqueta trasera) correspondiente al estándar americano (API: American Petroleum Institute), denominado como “donut API” por rodear el código SAE en forma de la pieza de bollería industrial.
Este organismo indica la calidad del aceite basándose no en temperaturas soportadas, sino en un código de dos letras progresivas que indican la calidad del fluido. La primera letra indica el combustible soportado (S para motores de gasolina y C para motores diésel). La segunda a la calidad según la fabricación del aceite para ser soportada por los últimos modelos de coche fabricados.
Para aceites apropiados para motores de última generación (considerados así los fabricados a partir de 2011) se les asigna de la letra N hacia delante, reduciendo el rango según la antigüedad. Se considera aceites “de calidad” aquellos fabricados para motores a partir de 1996 (los que vienen marcados a partir de la J), aceites “obsoletos” a aquellos fabricados de 1979 a 1996 (marcados de la F a la H) y aceites obsoletos que pueden causar daños, aquellos pensados para motores de 1930 a 1978 (marcados de la A a la E).
Tipología del aceite
Otra de las indicaciones que encontrarás en la etiqueta frontal es el tipo de aceite para motor: mineral o sintético. ¿Y cuál es la diferencia entre uno y otro que los haga más o menos adecuado para mi vehículo?
Por norma general, se recomiendan antes los aceites sintéticos que los minerales (no es éste el caso en que lo ecológico impera sobre lo artificial). La razón es precisamente que, al ser tratados, se cuida y depura que los aditivos y detergentes sean los indicados para cuidar el motor.
Por esta misma razón, los sintéticos tardan más en necesitar ser cambiados (de media, en torno a los 15.000 e incluso 20.000 km), mientras que los minerales reducen el intervalo a unos 7.500 – 10.000 km.
A mitad de camino entre unos y otros encontramos los semi-sintéticos, que tal como su nombre indica es una mezcla preparada de ambas tipologías.
Indicativos de otras funcionalidades del aceite
Hasta ahora (a excepción del código API) nos hemos centrado en lo que consideramos (no siempre de manera correcta) la principal funcionalidad del aceite de motor, que no es otra que la lubricación de las distintas piezas del motor para evitar el fundido de piezas (gripado) entre otras averías.
El aceite para motor de coches tiene otras muchas más funcionalidades, y según sea capaz de cubrirlas todas, será de mayor o menor calidad (el código API sí tiene en cuenta estas circunstancias a la hora de otorgar una letra de mayor “altura” junto a la S o a la C).
Tolerancia a las cenizas
Una de estas funcionalidades por ejemplo es grado de tolerancia a las cenizas (sobre todo en motores diésel). Un aceite de calidad debe contener aditivos (de ahí lo adecuado del uso de aceites sintéticos) capaces de “arrastrar” la carbonilla, hollín o calamina generada al quemarse el combustible.
Punto de ebullición
No todos los aceites responden de igual forma a las altas temperaturas. Así, según indiquen un punto de ebullición mayor, podrán soportar un mayor calentamiento del motor sin hervir o evaporarse, y con ello una mayor calidad del fluido.
Punto de combustión
El comportamiento de todos los aceites ante altas temperaturas no siempre responde de igual forma. Así, el paso de calentamiento a ebullición puede producir previamente un “ardido” que dura segundos pero que, obviamente, como la propia evaporación, conviene evitar. Los aceites de calidad muestran este indicativo con una temperatura “alta” a la que comenzaría a arder.
Punto de carbonización
Los residuos del aceite (entre los que se encuentran las propias cenizas) se pueden convertir en sólidos a cierta temperatura, lo cual ocasiona que se acumulen en diferentes piezas entre las que fluye el combustible, produciendo obstrucciones que traen consigo pérdidas de potencia, fallos en la aceleración, auto-encendidos y otras fallas. Un aceite que indique un punto de carbonización alto es sinónimo de mayor calidad.
El grado de demulsividad (mayor o menor facilidad con que el aceite se separa del agua), la acidez, el punto de congelación, de inflamación… Son muchos más los valores que según las propiedades del aceite elegido, se pueden indicar como óptimos. Como en todo, a mayor especificación, mayor eficacia respecto a lo indicado.
Homologaciones y recomendaciones
Casi todos los indicativos anteriores no referidos a la viscosidad, lo encontraremos en la etiqueta trasera junto a una serie de indicaciones de uso que nos pueden ayudar a contrastar la información obtenida mediante la etiqueta delantera. Entre estas indicaciones puede aparecer las zonas en las que se recomienda su uso, cuándo se debería cambiar ese aceite, etc.
Destacan aquellos aceites que incluyen entre esta información los sellos y homologaciones de los diferentes fabricantes automovilísticos. Cada uno puede seguir su propio estándar para ciertas indicaciones. Por ejemplo, Volkswagen usa el indicativo “cumple norma VW”, mientras que la ACEA (Asociación de Constructores Europeos de Automóviles), asemeja su escala de calidad a la API mediante una codificación indicada como ACEA A*/B*/C* (A para gasolina, B para diésel y C para gasolina y diesel con tratamiento de gases de escape. El * indica un número según la calidad del aceite).
Estos indicativos son el reconocimiento explícito de que estos aceites han sido ampliamente testados para el vehículo en cuestión, y cuyo funcionamiento por tanto tiene el respaldo de la marca del coche para todas o la función especificada.
Si en vez de estos indicativos, lees “nivel”, quiere decir que es el propio fabricante del aceite quien realiza las recomendaciones respecto al uso en esa marca de coche concreta.
La importancia del cambio de aceite en un taller especializado
Con toda esta información sobre la mesa… ¿debo buscar el aceite especificado por la marca de mi vehículo?, ¿normativa americana o europea?, ¿qué pasa si no figura algunos de estos indicativos en el etiquetado del aceite para motor? Por otra parte, no todas las marcas avalan todos los aceites, por lo que entra en juego no solo cómo somos capaces de interpretar la etiqueta del aceite del coche, sino también la lógica por ejemplo de que, si es recomendado para un SEAT Ibiza, también lo es para un Citroën C3.
¿Demasiada información que procesar, localizar y entender en la etiqueta del aceite de motor? Esta es una de las razones por las que en este tema tu mecánico de confianza es el más indicado para recomendarte, ya que jamás se arriesgará a realizar un cambio de aceite inadecuado para tus necesidades y las de tu vehículo.
Por otra parte, el mecánico no solo tendrá en cuenta si un aceite es óptimo o no: no solo procurará que el aceite no dañe y preserve, sino que mejore el funcionamiento del motor. Si ve por ejemplo un exceso de carbonilla, elegirá para tu modelo de coche el que mejor rendimiento ofrezca de tolerancia a las cenizas y de punto de carbonización, independientemente si se realiza el cambio de aceite en talleres de Badajoz o en talleres especializados en cambio de aceite de Pontevedra, es decir, que no tendrá únicamente en cuenta un factor como pudiera ser guiarse únicamente por el código SAE.
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