Consejos para mantenimiento de la calefacción del coche
El mantenimiento de la calefacción del coche no es solo cosa del invierno. Descubre cómo cuidar este elemento del vehículo tan imprescindible
12/11/2018
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Un clásico año tras año: termina el verano, nos despedimos del aire acondicionado y pasamos unos meses (o semanas, tal como ocurre con los talleres mecánicos en Soria) sin acordarnos del climatizador hasta que de pronto llega y el frío y ¡pam! Nuestro vehículo se ha convertido en una nevera.
Es a este momento cuando acudimos a la calefacción esperando que de ella salga la temperatura adecuada para que seamos capaces de conducir sin el agarrotamiento propio de estos tiempos pero, ¿qué ocurre si nuestro calefactor no responde?
Causas por las que puede fallar la calefacción del coche
Antes de entrar en materia sobre cómo podemos realizar un correcto mantenimiento de la calefacción del coche, debemos conocer las causas que producen que deje de funcionar, ya que no siempre son únicamente mecánicas y evitando malos hábitos podemos asegurar gran parte de su correcto funcionamiento.
La principal causa por la que suele fallar la calefacción del coche es la falta de uso, lo cual provoca que la válvula de paso de refrigerante se resienta. Otras causas que podrían determinar en tu taller mecánico de confianza serían:
- Mal funcionamiento de la bomba de agua eléctrica.
- Fallo en el termostato.
- Taponamiento interno de algún manguito de agua.
- Fallo en las electroválvulas.
Una última causa puede ser debida a que algún componente del motor no esté funcionando adecuadamente y con ello, que no se alcance la temperatura adecuada (la calefacción, excepto la que funciona de forma eléctrica, se pone en marcha aprovechando el calor producido por el motor, que es dirigido hacia el interior del vehículo).
Cómo realizar el mantenimiento de la calefacción del coche
Lo primero es que no esperemos al frío invernal para ponerlo en marcha. Puede parecernos descabellado poner la calefacción en pleno agosto, pero cada dos meses unos minutos sin que tan siquiera nos encontremos dentro, puede servir para que no se averíe por falta de uso (al igual que ocurre con el aire acondicionado).
En los casos en los que la temperatura exterior no acompañe (verano), no tenemos más que dirigir el aire a zonas en las que no nos impacte directamente o incluso hacerlo con las ventanillas abiertas (basta un par de minutos para evitar que se estropee la válvula de paso de refrigerante).
En invierno, es importante que no lo encendamos nada más poner en marcha el coche. La calefacción, al contrario que el aire acondicionado y tal como hemos visto al comienzo, aprovecha el propio calor del motor (lo cual, al contrario de lo que algunos puedan llegar a pensar, produce un consumo mínimo de combustible), por lo que si lo activamos cuando éste ya esté caliente, evitaremos su sobreesfuerzo o que circule aire frío que hará que tardemos más en calentar el habitáculo.
Esta práctica no solo es recomendable para el mantenimiento de la calefacción: dos minutos con el motor a ralentí, permite que líquidos como el aceite (que a bajas temperaturas tiende a volverse más viscoso) vuelvan a su estado óptimo de fluidez y esté listo al momento de la marcha para proteger los componentes del motor.
Si además de esperar unos minutos a encender la calefacción, la redirigimos adecuadamente para que abarque un mayor espacio a calentar, conseguiremos una temperatura confortable en menor tiempo. Para ello redirige la circulación hacia los pies y hacia el parabrisas.
Por último, no debemos olvidar que antes de que lleguen olas de frío que afecten a nuestra conducción y a los componentes de nuestro vehículo, es recomendable que en zonas de bajas temperaturas, como es el caso de la que se experimenta en los talleres mecánicos en Burgos, se acudan a ellos para revisar el correcto funcionamiento del sistema de calefacción.
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