Problemas más comunes en el sistema de frenado
La importancia del funcionamiento del sistema de frenado es indebatible pero, ¿tenemos claros los problemas que pueden surgirnos en sus piezas?
11/02/2019
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Un coche debe detenerse siempre al momento en el que lo necesitemos, sin ningún tipo de excusas que justifiquen un retardo mínimo, aunque sea de segundos. Hablamos de un tiempo de reacción que, de no llevarse a cabo, se puede traducir en sufrir un accidente.
Por ello, podríamos llegar a entender que no se cambien neumáticos estacionales o se roten de eje (eso sí, tampoco es justificable rodar con neumáticos desgastados), que no sigamos a rajatabla el calendario de revisiones marcado por el fabricante, y que en vez de las dos revisiones anuales recomendadas, únicamente atendamos a la pre-ITV a la hora de visitar el taller mecánico. Pero lo que no debemos tolerar por nuestra seguridad y por la del resto de conductores, es circular con problemas en pastillas y discos de freno.
A continuación, enumeramos las principales señales que nos indican que existe un problema en el sistema de frenado y que, por tanto, nos tienen que llevar urgentemente a que los revise un mecánico.
6 señales de que existe un problema en el sistema de frenado
Cambios en la forma de pisar el pedal de freno
Este indicio también sirve para cualquier otro sistema que afecte a la conducción. Si estamos habituados a que el coche responda de cierta forma al demandarle una acción y de pronto cambia la sensación, es probable que “algo pase”.
En el caso de la frenada, si al pisar el pedal notamos que se ha endurecido, muy probablemente se deba a que las pastillas de freno se encuentren sucias o cristalizadas.
Otras razones de esta rigidez inapropiada son problemas con el pistón, daños en los discos de freno, fallo en el servofreno o que el líquido de frenos no está actuando como debiera.
Si por el contrario la sensación es que el pedal se ha ablandado, la razón más común es que se hayan deformado las mangueras, aunque otras causas podrían ser la entrada de aire en el sistema, el mal estado del líquido de frenos o una pinza cuyas piezas se hayan fundido al calor del motor.
Cambios en el recorrido al pisar el pedal de freno
El nivel de dureza no es el único factor cambiante que nos alerta de un problema en el sistema: lo que tardemos en recorrer la pisada desde que accionemos el pedal hasta que se produzca la frenada es otro de los indicios.
Si notamos que ese recorrido ha aumentado, la razón más probable es que falle el líquido de frenos: bien porque haya una fuga, bien porque se haya degradado. También puede ser señal de acusado desgaste de las pastillas.
Un recorrido demasiado corto también es indicativo de fallos, en este caso de las piezas encargadas de la retracción y extensión de las partes móviles.
Sonidos chirriantes al frenar
Sonidos poco habituales o incluso irritantes son otros de los buenos indicativos a la hora de detectar que algo va mal en el coche. En el caso de producirse al momento de presionar el pedal de frenada, se puede deber a un desgaste extremo de las pastillas, que están friccionando con el disco casi “a pelo”. También puede ocurrir esto mismo con unas pastillas nuevas o seminuevas si son de mala calidad.
Otro motivo puede ser que se esté rozando con el cáliper o que los discos de freno estén también en mal estado.
“Fading”
Se denomina con este anglicismo al fallo que se produce en el sistema de frenada cuando un uso excesivo de los frenos produce una pérdida de eficacia a altas temperaturas, que también puede estar causado por unas pastillas de mala calidad.
Existe una tercera posibilidad en este supuesto y es que, en el caso que hayamos cambiado los discos de freno, éstos resulten demasiado finos.
Vibraciones
Cuando el coche “tiembla” al frenar puede ser debido a diferentes motivos: el más común es que los discos se han “alabeados” (se doblan constantemente deformándose y perdiendo su firmeza). ¿Y qué produce esta deformación? Un mal reparto de la frenada por una pobre actuación del líquido de frenos, pinza de freno agarrotada, amortiguadores en mal estado y problemas en las válvulas son recurrentes en este aspecto.
Otro de los motivos por los que se pueden producir vibraciones son el mal equilibrado de las ruedas o unas pastillas y discos desgastados.
Tacto esponjoso
¿Al pisar el freno notas una clara sensación como de pisar una esponja? Aquí apenas hay dudas al respecto: esa sensación la produce la entrada de aire en el sistema de frenado, por lo que habría que purgarlo para recuperar su firmeza.
No obstante, sensación similar la puede producir la entrada de agua en el líquido de frenos, falta de lubricación en las guías del pistón o un fallo en los latiguillos. Antes de “autodiagnosticar”, convendría que el primer paso en el taller sea el de solicitar una revisión de frenos al completo.
Revisión del sistema de frenado
Tal como indicábamos en el último punto, un diagnóstico previo de lo que le sucede a nuestro coche nos sirve para poder solicitar una revisión del sistema de frenado, pero ello no quita que, antes de notar alguno de los indicios, acudamos a nuestro taller de confianza para el mismo fin.
Según el manual del fabricante, se nos recomendará una fecha adecuada para el recambio de las piezas que componen el sistema de frenada. No obstante, la conducción eficiente será otra de las claves (cuantas menos brusquedades realicemos al volante, menor la necesidad de frenada), sumada también, a pesar de que nos resulte irrelevante, a la meteorología.
Este es uno de los factores clave en el alabeado del disco: si sometemos al sistema a unas altas temperaturas por su uso (por ejemplo, en un puerto de montaña, donde el frenado se intensifica y la fricción provoca un calor elevado) y de pronto abordamos un charco que empape los discos, la acción del agua con la alta temperatura fomentará su deformación, aunque sea milimétrica.
Así, en estas circunstancias concretas, un cambio de frenos en Tenerife puede resultar más temprano que un cambio de frenos en Albacete, aunque insistimos en que manual de fabricante, indicios y hábitos en la conducción debe ser la conjunción de motivos que determinen el momento de pasar por el taller.
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