Puesta a punto del aire acondicionado del coche
Ahora que comienzan a llegar las altas temperaturas, es un buen momento para la puesta a punto del aire acondicionado, ¿cómo llevarla a cabo?
29/04/2019
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A finales de abril es la época perfecta para la puesta a punto del aire acondicionado del coche. El sentido no es únicamente poder circular “fresquitos” cuando lleguen las altas temperaturas: el sentido es poder garantizar siempre una temperatura óptima en la cabina del coche que, según especialistas, se debe situar en torno a los 23º.
La comodidad es uno de los factores que más afectan a la conducción, y ésta no solo se manifiesta en cuanto a la postura y altura del asiento: conducir con altas temperaturas puede disminuir hasta un 20% la atención al volante, porcentaje que se asemeja a los efectos que produce el consumo de alcohol.
Además, un mantenimiento inadecuado del aire acondicionado puede suponer desde acumulación de bacterias, polvo, humedad y hongos entre otros en el filtro, hasta desprender benceno. Estos efectos (que se manifiestan con olores desagradables) son muy nocivos en alérgicos y, en el caso del benceno si no se ventila correctamente, incluso cancerígeno. Es por todo ello por lo que la puesta a punto del aire acondicionado del coche es muy necesaria vivamos en Sevilla a 40º o bajo la humedad de Barcelona.
Cómo realizar la puesta a punto del aire acondicionado del coche
La puesta a punto de la climatización del coche se debe realizar en un taller mecánico de confianza debido a que parte de ella vendrá determinada por la cantidad de gas que disponga el sistema. Por este motivo, resulta de las reparaciones y cambios más comunes en el taller y es la excusa idónea para una revisión completa del vehículo antes de iniciar las vacaciones de verano.
No obstante, no solo rellenar el gas es la tarea básica que se debe realizar para la puesta a punto del aire acondicionado: el cambio de filtro tal como ya hemos indicado, es otro de los elementos que nos permitirá un uso adecuado de la climatización del vehículo, que podría venir acompañado de revisiones técnicas como la comprobación que no haya fugas de gas en las mangueras, niveles del líquido refrigerante, o posibles complicaciones en el compresor que delimiten su funcionamiento.
¿Y como usuarios qué podemos hacer? Lo primero es no dejar exclusivamente para estas fechas el uso del aire acondicionado. Sabemos que en plena ola de frío no apetece para nada hacerlo funcionar, pero su encendido ocasional permite que el compresor trabaje, lubricando el sistema y ayudando a que los circuitos no se atrofien.
Puesta a punto del aire acondicionado del coche: factores que determinarán costes y sustituciones
¿Y cuándo, -además de antes de que suban las temperaturas-, debemos prestar atención a la puesta a punto? Además de indicios como una pérdida de potencia o malos olores, debemos tener en cuenta que, de media, cada dos años la eficacia del sistema de climatización del vehículo se habrá reducido a la mitad sin un adecuado mantenimiento del aire acondicionado, no llegando a funcionar siquiera en el caso de que se produzcan fugas de gas en su interior.
Llegados a este punto habría que determinar los factores y elementos que impiden su correcto funcionamiento, que pueden ser:
- Insuficiencia de gas: que se puede solventar con una recarga o, en el caso que sea debido a fugas, sellando los manguitos o sustituyéndolos en el peor de los casos.
- Filtro de aire obstruido: es la tarea de mantenimiento más sencilla, requiriendo únicamente en cuanto a piezas la sustitución de éste. Debemos también limpiar tanto las salidas de aire como el radiador para evitar que la suciedad se deposite de inmediato en el nuevo filtro. Se recomienda que esta tarea se realice al menos una vez al año.
- Compresor roto: es la más compleja al producir una obstrucción del sistema. Requiere su sustitución si queremos que el aire frio salga con la potencia necesaria como para enfriar la cabina.
- Falta de líquido refrigerante: es cuando notamos que el aire sale “algo frío”, pero no lo suficiente o con ráfagas intermitentes.
En definitiva, nos encontramos ante un sistema cuyo funcionamiento y mantenimiento dependerá de la revisión, -cuanto menos anual-, y de un uso periódico que evite averías por desuso.
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