Seguridad del vehículo que te ayuda con el mal tiempo
Las inclemencias del tiempo pueden afectar notablemente a la seguridad en la conducción. ¿qué elementos del vehículo nos ayudan a mejorarla?
15/01/2019
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Por suerte, hace mucho tiempo que la materia de seguridad en el vehículo dejó de depender a factores exclusivos como la velocidad y los reflejos. Así, desde que en la década de los 70 se convirtiera en una obligación algo tan obvio hoy en día como circular con el cinturón de seguridad (no lo fue hasta 1975 en el caso de los asientos delanteros y hasta 1992 en el caso de los traseros), año tras año hemos ido mejorando en esta materia, tanto en legislación como en la incorporación de manos de los fabricantes de dispositivos que nos ayuden a una conducción cada vez más segura.
Esto último se hace aún más necesario cuando las condiciones al volante cambian y debemos estar más atentos a la carretera, como es en el caso de fuertes vientos, tormenta, nieve o lluvia, que hace aparecer el afamado efecto aquaplaning. ¿Qué dispositivos y elementos de seguridad del vehículo nos pueden ayudar en estos casos?
5 elementos de seguridad del vehículo a los que prestar atención en caso de mal tiempo
ABS
Su importancia es tal que se trata de un elemento obligado de serie desde el año 2004 en los vehículos fabricados dentro de la Unión Europea. Se trata de un sistema antibloqueo de ruedas (sus siglas corresponden a éste termino en lengua alemana: antiblockiersystem), cuya finalidad es que la fuerza de la frenada varíe para evitar que los neumáticos resbalen con el suelo.
Al no producirse una frenada con suficiente intensidad para que, en el caso de aparición de lluvia o elementos resbaladizos, pueda hacer virar la rueda, el conductor puede seguir teniendo el control absoluto sobre la trayectoria del coche.
Este sistema, -ideado por el fabricante alemán Bosch en 1936 pero puesto en marcha en 1970, ya con la electrónica en auge-, ha servido de base para otros asistentes de ayuda a la frenada que desarrollaremos a continuación.
Control de estabilidad ESP
En las mismas condiciones que el ABS, este sistema de seguridad se hizo obligatorio como equipamiento de serie a partir de 2014. Consiste en un elemento de seguridad activa (siempre está en condiciones de entrar en funcionamiento, aunque no lo ordenemos) que permite el frenado de cada rueda de forma individual en situaciones de riesgo.
De esta forma, frenando por ejemplo una única rueda del mismo eje en una curva donde existan placas de hielo, evitamos derrapes causados por el cambio de superficie y la falta de adherencia.
Este sistema puede contar además con mayores funcionalidades adicionales como el control de ascenso de pendientes (que evita el retroceso al reanudar la marcha en pendientes) o el secado de los discos de frenos.
Neumáticos
Por no ser “algo novedoso”, nos hemos esperado a la tercera posición para nombrarlos a la hora de listarlos, pero por importancia y por la atención que merecen a la hora de enfrentarnos a condiciones climatológicas desfavorables, bien podrían estar en el primer puesto.
En este aspecto debemos ser rotundos: podríamos circular sin ESP o incluso sin ABS en una carretera con presencia notable de agua o hielo, pero no podríamos en ningún caso circular con unos neumáticos desgastados o de la tipología que no corresponda a estas inclemencias.
La razón es sencilla: los neumáticos son el único punto de contacto entre vehículo y carretera, por lo que, si su superficie no es la adecuada para, por ejemplo, poder evacuar correctamente el agua que se acumula bajo el neumático (aquaplaning), puede perder hasta un 90% de adherencia. Esto se traduce en que las ruedas de nuestro vehículo solo están en contacto con el firme del trazado un 10%, algo peligrosísimo en caso de frenada o giro, al no poder reaccionar el vehículo en el tiempo y la distancia necesaria.
Por este motivo, debemos siempre asegurarnos circular con un nivel de surco por encima del mínimo permitido (1,6 mm), así como con la tipología adecuada a cada estación o condición de conducción.
Faros
Suena a elemento básico y por ello es uno a los que prestamos menos atención de lo que debiéramos. Los faros y en general todo el sistema de iluminación del coche, son los que nos permiten ganar visibilidad en condiciones en las que ésta se reduce, como es el caso de fuertes lluvias, niebla o nieve.
Por ello, todo aquello que asegure una mejor visibilidad a través de nuestros faros, debemos implementarlo como medida de seguridad. Es el caso por ejemplo del pulido, mediante el cual se devuelve la transparencia al plástico que los recubre y con ello se aumenta la proyección de luz.
A estas acciones hay que sumarle la obligatoriedad de tener en perfecto estado todos los faros del coche, y usarlos adecuadamente tanto para ganar visibilidad, como para hacernos ver por otros vehículos sin producir deslumbramientos.
Limpiaparabrisas
Ante la innovación tecnológica de sistemas como el ABS o ESP, o la imprescindibilidad de neumáticos y faros, el limpiaparabrisas nos puede sonar a un elemento “de menor categoría” en cuanto a seguridad y conducción. Sin embargo, en condiciones de visibilidad reducida, no contar con un sistema que evacue al segundo los elementos que impidan en la luna delantera y trasera recuperar la visión del trazado supone directamente no poder circular y esperar a que las condiciones meteorológicas mejoren.
Pero no solo debemos reparar en que el limpiaparabrisas funcione, sino que además lo haga en las condiciones adecuadas, para lo que debemos cambiar sus gomas al menos una vez al año, sobre todo antes de la época de lluvias y nevadas.
Circular con gomas cuarteadas o desgastadas no solo reduce la evacuación de agua o elementos que impidan la visibilidad, sino que además puede producir rayaduras o porosidades en la superficie de la luna, empeorando aún más la visibilidad.
Qué hacer en el caso de que nuestro vehículo no cuente con algunos de estos sistemas de seguridad
Puede que, si nuestro vehículo tiene cierta antigüedad, no cuente con sistemas ahora básicos como el ABS y no tenga la obligatoriedad de incorporarlo para pasar la ITV. En estos casos debemos aumentar la atención del estado de nuestro vehículo sobre todo en el “triángulo de la seguridad” (neumáticos, frenos y amortiguadores), algo que ya debemos hacer en casa revisión y mantenimiento aunque contemos con todos estos sistemas.
De esta forma, si solemos acudir a un taller mecánico en Lugo, al ser una zona propicia a lluvias, deberíamos atender a factores específicos para la conducción en estas condiciones más allá de la revisión y mantenimiento de componentes, como podría ser un taller para cambio de frenos en Lugo, cambio de neumáticos o de amortiguadores, ya que sin asistencia en la frenada, debemos garantizarnos al 100% que estos tres componentes se encuentren en perfectísimo estado en todo momento.
Cadenas siempre dispuestas en casos de zonas propensas a la nieve, lunas que permitan la visibilidad siempre en cualquier circunstancia y zona geográfica… En definitiva, nuestro coche, sea del modelo, año o zona geográfica que sea, debe estar siempre preparado para que ningún cambio de las condiciones meteorológicas a las que acostumbremos estacionalmente nos pueda coger desprevenidos.
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