Tecnologías que mejoran la seguridad en la conducción
La seguridad en la conducción es el principal motivo por el que debemos cuidar y mantener nuestro coche. ¿Qué innovaciones y herramientas nos ayudan?
18/09/2018
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Hacemos de nuestro vehículo un lugar lo más confortable posible. Así, no dudamos en dotarlos de manos libres para un correcto uso del móvil, mantenimiento de chapa y pintura para que luzca como el primer día, tenerlo siempre a punto y listo para dominar la carretera… pero, ¿hacemos todo lo posible para que en todo momento su conducción sea segura?
Así, un cambio de amortiguadores por ejemplo, no solo nos debería preocupar para disfrutar de la mejor suspensión y sentir en todo momento el asfalto, sino por el hecho de que unos amortiguadores en mal estado aumentan notablemente el tiempo de reacción del vehículo ante una frenada.
Todo esto tiene fácil solución acudiendo a tu taller de confianza más cercano para la revisión y mantenimiento de los elementos que inciden en la seguridad de tu vehículo pero, adicionalmente, ¿qué tecnología presente en los nuevos modelos de vehículos nos ayudan a ello?
Tecnologías de serie que mejoran la seguridad en la conducción
Frenada de emergencia autónoma (AEB)
Los sensores para el asistente al aparcamiento no es la única revolución que ha traído la incorporación de estos elementos en el vehículo. La frenada de emergencia autónoma (conocido como AEB por sus siglas inglesas: Autonomous Emergency Braking) viene a mejorar el sistema de apoyo a la frenada (BAS), sirviéndose de sensores y radares para detectar el posible riesgo de colisión con algún elemento que se interponga en la trayectoria del vehículo y reducir la velocidad automáticamente sin necesidad de que intervengamos.
El control del vehículo vuelve a manos del conductor en cuanto detecta algún tipo de maniobra efectiva para evitar el choque, como sería pisar el freno o hacer uso del volante. Tal es la efectividad del sistema que se plantea su implantación obligatoria de serie a partir de 2020.
DDD: el “Gran Hermano” dentro de nuestro vehículo
El 20% de los accidentes en España se producen por culpa de la somnolencia. Con este dato sobre la mesa, un sistema de reconocimiento facial y/o sensores en el volante que sean capaces de captar síntomas de fatiga resulta fundamental para la seguridad en la conducción.
Este es el planteamiento del DDD (Driver Drowsiness Detection), el dispositivo detector de fatiga, que mediante señales acústicas o mensajes proyectados en el panel de mando nos recomienda parar y tomarnos un descanso.
BSM: visibilidad en ángulos muertos
Es obligación del conductor controlar que toda maniobra que realice con el vehículo no suponga un obstáculo para terceros. Esta norma tan obvia suele ser olvidada en cuanto hablamos de los ángulos muertos. Así, es común (tan común como que más del 10% de los accidentes en carretera se deben a cambios de carril que se realizan sin prestar atención adecuadamente a lo que, sobre todo, no vemos en los retrovisores) que aunque estemos atentos al asfalto, pasemos por alto lo que no se encuentra en nuestro campo de visión.
Esta problemática se acabó con el BSM (Blind Spot Monitoring: monitorización de ángulos muertos), que también acude a las señales acústicas e incluso proyectadas en los propios retrovisores para alertar que hay un elemento presente en un punto que no se visualiza mediante los espejos, lo cual significa que mejor esperar para realizar una maniobra de cambio de posición.
Siempre dentro del carril gracias al LKA
Si nuestro vehículo es reciente, seguramente estaremos más que familiarizados con el LKA (Lane Keep Assistant), un sistema que mediante sensores y cámaras es capaz de reconocer las líneas del trazado y avisarnos si el vehículo las sobrepasa involuntariamente (es decir, sin que hayamos accionado los intermitentes).
Las formas de avisarnos varían según la antigüedad del vehículo (cada vez se perfecciona más) y el modelo, yendo de la señalización lumínica, mensaje de voz o incluso tirón del cinturón de seguridad o vibración de volante y asiento.
La última novedad a este respecto es que en caso de que el conductor ignore los avisos, el propio coche tome el mando y retome la trayectoria correcta.
¿Podemos incorporar estas tecnologías a nuestros vehículos?
Por suerte, los últimos modelos fabricados incorporan la gran mayoría de esta tecnología, que tal como hemos apuntado en el caso de la frenada de emergencia autónoma, tienen vistas de incorporarse de forma obligatoria en los próximos años para los modelos de fábrica.
Sin embargo, a la hora de hablar del actual parque de automóviles español, tan solo un 2% de los 22 millones de coches matriculados (según este estudio sobre los sistemas avanzados para la prevención de accidentes de tráfico de Línea Directa) incorpora alguno de estos sistemas. Por suerte, 4 años después de este estudio (fechado en 2014) esta tecnología ha dejado de ser patrimonio exclusivo de los coches de alta gama y tal como ocurriera con otros sistemas tecnológicos, se han ido incorporando de serie a cada vez más modelos sin distinción de su coste.
No obstante, si nuestro vehículo es antiguo o no dispone de alguno de estos sistemas, podemos incorporarlos en nuestro taller de confianza, pero debemos ser conscientes de que de media una de estas tecnologías cuesta en torno a los 1.000 euros. Lo mejor en estos casos es consultar a nuestro mecánico por las medidas que puedan mejorar la seguridad al volante de nuestro coche. Él nos asesorará sobre qué elementos nos pueden resultar de interés.
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