Uso del claxon del coche: todo lo que debes saber
Aunque entendamos el uso del claxon del coche como lo más sencillo de la conducción, tiene su normativa y sus limitaciones. ¿Las conoces todas?
28/06/2019
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Como conductor habitual, al igual puede que te sorprenda el título de este artículo: ¿qué misterios puede tener el uso del claxon del coche? Un recurso de funcionamiento tan básico como para servir de advertencia a otros conductores pero, ¿lo puedo usar en cualquier situación?, ¿puedo alertar a un coche detenido en la calzada que el semáforo se ha puesto en verde?, ¿y para saludar a un conocido? A continuación, desde SPG Talleres os indicaremos los distintos usos que se le puede dar al claxon y qué ocurre en caso de uso indebido.
Normas básicas de uso del claxon del coche
Ante cualquier duda que nos pueda plantear su uso, podríamos resumir indicando que siempre que lo usemos para alertar a un coche o peatón sobre algún peligro, estaremos dando buen uso de él.
Este principio básico por tanto excluye usos como el que le damos en ocasiones como queja o reclamo, y también resulta penalizable en el caso de que lo usemos como objeto de celebración (caso por ejemplo de que nuestro equipo de fútbol favorito gane un campeonato).
¿Y qué puede ocurrir si le damos estos usos no contemplados?
Multas por el mal uso del claxon del coche
Un uso indebido del claxon (es decir, que lo accionemos para otros fines que no sea alertar) puede comportar multas de hasta 200 euros, categorizadas en el artículo 110 del Reglamento General de Circulación de la siguiente forma:
- Su uso de forma estridente o excesivo: 80 euros
- Uso del claxon para fines no reglados: 80 euros
- Uso en zonas acústicamente protegidas y debidamente señalizadas: 80 euros
- Uso de claxon con señal acústica manipulada
- Ausencia o mal estado: 200 euros
A este último punto indicar que, aunque no forma parte de los puntos generales de la revisión de la ITV, el mantenimiento y revisión del claxon no es algo a despistar al ser un elemento más de la seguridad del vehículo.
Cuándo hacemos un buen uso del claxon del coche
La propia DGT ve cierta confusión en el uso del claxon para ciertos casos en los que no queda claro si lo usamos para alertar de un peligro o en beneficio propio. ¿Está bien usado cuando lo activamos ante una maniobra de dudosa legalidad del coche que nos precede? Podríamos pensar que con ello alertamos al conductor y al resto del peligro que conlleva la maniobra, pero, una vez pasada, lo que estaríamos haciendo es “quejarnos” por ella.
Para evitar estas ambigüedades, la DGT aclara qué tres usos en los que se pueden dar varias interpretaciones son legítimos:
- Para evitar un accidente como el que se podría dar con baja visibilidad o cuando cruzamos calles estrechas.
- Cuando circulamos en una situación de emergencia, como el traslado de heridos o mujeres de parto, siempre acompañado de las señales de emergencia visuales que detallen la causa.
- Para avisar de la posición en caso de adelantamientos de otros vehículos que quieran incorporarse a la vía.
Curiosidades sobre el uso de la bocina del coche
La bocina surgió como una necesidad para alertar sobre todo a peatones de las grandes ciudades de principio del s. XX, cuando aún no era habitual el uso generalizado del coche.
Su invención sirvió para suprimir una “incómoda” tarea que comportaba que, todos los vehículos que circularan en ciudad debían ir precedidos de una persona que portara una bandera o una linterna en caso de circular de noche.
Los claxons primigenios no eran más que una campana que se accionaba cada vez que las ruedas daban un giro completo, lo cual acústicamente resultaba muy incómodo. No fue hasta 1921 cuando Robert Bosch (el alemán creador de la empresa del mismo apellido) introdujo el claxon eléctrico, siendo todo un avance para su tiempo.
La bocina puede alcanzar intensidades de hasta 120 decibelios, aunque la ley que las regula establece como límite los 105 accionados a una distancia de 7 metros.
¿Y cuál es el uso apropiado en castellano, claxon o bocina? El nombre original traducido indica como uso apropiado el de bocina, el cual, como ha ocurrido con otros productos como los kleenex o los tupper, en España se ha generalizado claxon gracias a la distribuidora que los comercializaba en sus comienzos, la marca “bocinas Klaxon”.
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